Tema 5. Deficiencia sensorial-visual.
La ceguera es
una deficiencia sensorial que se caracteriza porque las personas que la padecen tienen total o seriamente dañado
el sistema visual de recogida de información. Por tanto se considera ciego al
que tiene perdida totalmente la capacidad visual como el que tiene una
dificultad lo suficientemente severa, que según la ONCE son todos aquellos que
tienen menos de un décimo de visión en los dos ojos, de forma irreversible y/o
inmejorable.
Sentidos potenciados:
Los niños ciegos
deben potenciar el resto de sus sentidos, sobre todo el tacto y el oído. No es que ellos tengan más desarrollados los otros sentidos, es que han aprendido a darle un mayor uso.
→ El tacto por sus mismas características, dado que es el
más usado, permite el conocimiento de los objetos próximos con bastante
precisión.
→ El sentido del oído sirve tanto para la comunicación
verbal como de función de telerreceptor para situarse en el espacio.
→ El olfato tiene la función de reconocer a las personas o
el ambiente por el olor.
→ El sistema propioceptivo da información sobre la
situación de su cuerpo en el espacio, para poder orientarse y conocer el
movimiento a través de la posición y movimientos del músculo que informan al
cerebro de los giros y movimientos de su cuerpo.
Apariencia de
los ojos en personas ciegas:
→ Bizqueo hacia dentro o hacia fuera en cualquier
momento, especialmente al estar cansado.
→ Ojos o párpados enrojecidos.
→ Ojos acuosos.
→ Párpados hundidos.
→ Orzuelos frecuentes.
→ Pupilas nubladas o muy abiertas.
→ Ojos en movimiento constante.
→ Párpados caídos.
→ Asimetría visual.
→ Exceso de parpadeo.
→ Inclinación lateral de cabeza.
→ Fotofobia, es decir, deslumbramiento en interiores
y/o exteriores.
→ Movimientos involuntarios y rítmicos de los ojos.
Desarrollo psicológico de niños ciegos:
El desarrollo psicológico
es posible sin el sentido de la visión, al llegar a la adolescencia su
funcionamiento es muy similar al de una persona vidente. No es que ellos tengan
más desarrollados los otros sentidos, es que han aprendido a darle un mayor
uso.
La primera infancia
de un niño vidente:
Intercambios visuales
e interacciones comunicativas: entre 1 y 5 meses está enfocado a la interacción
social → Turnos de mirada para entender o establecer el turno conversacional.
Los niños prestan atención a estímulos visuales que coinciden con
los que tienen rostro humano (pareidolia). Los adultos sienten atracción por
los rostros de los bebés.
La primera infancia de un niño ciego:
Muestra relajación de la cara, por lo que suelen hacer
gestos de sonrisa. Si es reforzado por el adulto, a las cuatro semanas se
convierte en una sonrisa social, y comenzarán a responder con una sonrisa a las
voces de sus padres y al contacto corporal con ellos.
Si tienen una buena expectativas sobre las
posibilidades de desarrollo de sus hijos, tienen turnos conversacionales
similares a los niños videntes (se intercambian sonidos, ritmos, contacto
corporal, movimientos). Los padres tienen suficientes vías de comunicación con los
bebés ciegos, siempre y cuando sepan descifrarlos. Por lo tanto, es importante
que los padres aprendan a interpretar las señales que emiten sus hijos para
comunicarse con ellos correctamente.
● Formación del vínculo de apego:
Si se establece esta comunicación de la que hablábamos
anteriormente, llamada sincronía, el apego se va formando. Al tercer mes el
vidente sonríe ante el rostro humano, en cambio, el niño ciego va a sonreír
ante la voz de los padres y de las personas conocidas. Tocaran y palparan las
caras de todos desde el primer mes, y a partir de los cinco meses sólo las de
las personas conocidas. Si nota que es un rostro desconocido o una voz extraña,
rechazará el contacto, igual que haría un niño vidente entre los siete y ocho
meses al reaccionar con miedo ante desconocidos.
● Desarrollo de esquemas sensoriomotoras:
Entre los 5 y 6 meses
La única posibilidad de saber que un objeto existe es
haberlo tocado o que emita un sonido.
La coordinación audio-manual es más tardía que la viso-manual,
produciéndose al final del primer año de vida.
El concepto de la permanencia [1]
del objeto es difícil de comprender para el niño ciego. Debe construirse esta
noción con los objetos táctiles, y se comenzará a desarrollar cuando empiece a
buscar con las manos los objetos escondidos. Pero sólo buscará aquellos objetos
con los que ha tenido experiencia táctil suficiente. A los dos años ya alcanzará
objetos sonoros desconocidos, completando su desarrollo de la permanencia del
objeto.
● Proto-conversaciones:
Existe una triangulación al insertar el bebé objetos
en la comunicación con los adultos. El niño inicia conversaciones no verbales,
o proto-conversaciones, en relación a objetos, estableciendo mecanismos de atención
compartidos[2].
El niño vidente señala el objeto, mirando al adulto, haciendo que ambos miren
al mismo objeto. El gesto de señalar el visual. En cambio, los niños ciegos
utilizan vocalizaciones con ellos sobre el que objeto que están tocando.
● Desarrollo postural y motor:
— En el niño ciego
estimulado no existen problemas en el desarrollo del control postural.
— No presentará la conducta
de levantarse con los brazos estirados cuando estén bocabajo.
— Existirá un retraso en la movilidad
autoindicada (incorporarse hasta quedarse de pié, caminar sin ayuda, etcétera).
— Por el escaso conocimiento
del espacio y de los objetos que hacen la motivación y seguridad sean menores
que en los niños videntes.
— No debemos estimular de
forma artificial el gateo, ya que es con las manos con las que se orienta en el
espacio, y gateando pierde dicha función.
Periodo escolar de un niño ciego:
● Desarrollo del lenguaje en niños ciegos de entre 0 y
3 años.
— Similitudes con los niños
videntes:
El desarrollo fonológico se
considera normal.
No hay diferencia cuantitativa
en la adquisición de vocabulario.
No hay retraso en la emisión
de la primera palabra.
— Diferencias con los niños
videntes:
Las primeras palabras hacen
alusión a objetos domésticos, al alcance fácil del niño.
Tienen problema para la
formación de categorías de cosas difícilmente accesibles para ellos.
● Desarrollo del lenguaje y del juego en niños ciegos
de entre 3 y 6 años.
— El desarrollo de sintáctico
es igual que el de un niño vidente.
— Diferencias con los niños
videntes: (1) Hay diferencias desde el punto de vista pragmático. Utilizan mayor
número de imitación, repetición y rutinas a la hora de hablar, pero esto no es
un lenguaje ecolálico[3],
egocéntrico o no funcional. En ausencia de la visión, los niños ciegos utilizan
estas imitaciones y repeticiones diferidas de carácter verbal convirtiéndolas en
juegos simbólicos de ideas. (2) En los niños ciegos existen problemas en el uso
de los pronombres (yo, tú, mi, ti...) que reflejan la importancia de la visión
para comprender los cambios de roles que se producen en la conversación.
La etapa escolar de un niño ciego (6-12 años):
— Acceden a la mayor parte
de la información por tacto.
— Las tareas de clasificación,
conversión o seriación verbal igual que el niño vidente.
— Les resulta más difícil realizar
tareas de contenido figurativo (imágenes mentales) y espaciales que las basadas
en lógica verbal.
— Los conceptos figurativos
y espaciales sufren un retraso entre 3 y 7 años.
Muchos niños ciegos presentan retrasos escolares,
aunque tienen optimas capacidades cognitivas (problemas al acceso de información).
La escuela tiene que cubrir sus necesidades educativas especiales,
— Orientación
— Movilidad
— Acceso a todos los
conocimientos
Es importante el desarrollo afectivo y social en esta
etapa para evitar problemas posteriores. Es preciso fomentar la interacción con
sus iguales.
Adolescencia de un niño ciego (11-15 años):
Al llegar a la adolescencia estas diferencias se
anulan gracias al lenguaje y al razonamiento complejo que de éste se deriva, el
lenguaje y pensamiento hipotético deductivo hacen que se superen los problemas
figurativos. No existe pues, diferencias en cuanto a la adquisición de
información formal.
Sin embargo puede ser una etapa especialmente
complicada en cuanto al desarrollo afectivo y social. La integración en
contextos anteriores (familiares, escuela y amigos) previenen la aparición de
estos problemas.
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Referencias:
[1] Permanencia del objeto: tener conciencia de que el objeto sigue existiendo aunque no pueda verlo.
[2] Atención compartida: la habilidad para compartir atención con otra persona mientras ambos están prestando atención al mismo objeto o realizando una actividad.
[3] Ecolálico: crear conceptos dotándolos de significado adquirido por la experiencia repetida, no por razonamiento, aprendiendo el lenguaje por asociación una serie de palabras a una situación y utilizándolas cada vez que se da esa misma situación.