jueves, 4 de abril de 2013

Dificultades de Aprendizaje V

Tema 5. Deficiencia sensorial-visual.

La ceguera es una deficiencia sensorial que se caracteriza porque las personas que  la padecen tienen total o seriamente dañado el sistema visual de recogida de información. Por tanto se considera ciego al que tiene perdida totalmente la capacidad visual como el que tiene una dificultad lo suficientemente severa, que según la ONCE son todos aquellos que tienen menos de un décimo de visión en los dos ojos, de forma irreversible y/o inmejorable.

Sentidos potenciados:

Los niños ciegos deben potenciar el resto de sus sentidos, sobre todo el tacto y el oído. No es que ellos tengan más desarrollados los otros sentidos, es que han aprendido a darle un mayor uso.

→ El tacto por sus mismas características, dado que es el más usado, permite el conocimiento de los objetos próximos con bastante precisión.

→ El sentido del oído sirve tanto para la comunicación verbal como de función de telerreceptor para situarse en el espacio.

→ El olfato tiene la función de reconocer a las personas o el ambiente por el olor.

→ El sistema propioceptivo da información sobre la situación de su cuerpo en el espacio, para poder orientarse y conocer el movimiento a través de la posición y movimientos del músculo que informan al cerebro de los giros y movimientos de su cuerpo.

Apariencia de los ojos en personas ciegas:

→ Bizqueo hacia dentro o hacia fuera en cualquier momento, especialmente al estar cansado.

→ Ojos o párpados enrojecidos.

→ Ojos acuosos.

→ Párpados hundidos.

→ Orzuelos frecuentes.

→ Pupilas nubladas o muy abiertas.

→ Ojos en movimiento constante.

→ Párpados caídos.

→ Asimetría visual.

→ Exceso de parpadeo.

→ Inclinación lateral de cabeza.

→ Fotofobia, es decir, deslumbramiento en interiores y/o exteriores.

→ Movimientos involuntarios y rítmicos de los ojos.

Desarrollo psicológico de niños ciegos:

El desarrollo psicológico es posible sin el sentido de la visión, al llegar a la adolescencia su funcionamiento es muy similar al de una persona vidente. No es que ellos tengan más desarrollados los otros sentidos, es que han aprendido a darle un mayor uso.

La primera infancia de un niño vidente:

Intercambios visuales e interacciones comunicativas: entre 1 y 5 meses está enfocado a la interacción social  Turnos de mirada para entender o establecer el turno conversacional.

Los niños prestan atención a estímulos visuales que coinciden con los que tienen rostro humano (pareidolia). Los adultos sienten atracción por los rostros de los bebés.

La primera infancia de un niño ciego:

Muestra relajación de la cara, por lo que suelen hacer gestos de sonrisa. Si es reforzado por el adulto, a las cuatro semanas se convierte en una sonrisa social, y comenzarán a responder con una sonrisa a las voces de sus padres y al contacto corporal con ellos.

Si tienen una buena expectativas sobre las posibilidades de desarrollo de sus hijos, tienen turnos conversacionales similares a los niños videntes (se intercambian sonidos, ritmos, contacto corporal, movimientos). Los padres tienen suficientes vías de comunicación con los bebés ciegos, siempre y cuando sepan descifrarlos. Por lo tanto, es importante que los padres aprendan a interpretar las señales que emiten sus hijos para comunicarse con ellos correctamente.

● Formación del vínculo de apego:

Si se establece esta comunicación de la que hablábamos anteriormente, llamada sincronía, el apego se va formando. Al tercer mes el vidente sonríe ante el rostro humano, en cambio, el niño ciego va a sonreír ante la voz de los padres y de las personas conocidas. Tocaran y palparan las caras de todos desde el primer mes, y a partir de los cinco meses sólo las de las personas conocidas. Si nota que es un rostro desconocido o una voz extraña, rechazará el contacto, igual que haría un niño vidente entre los siete y ocho meses al reaccionar con miedo ante desconocidos.

● Desarrollo de esquemas sensoriomotoras:

Entre los 5 y 6 meses

La única posibilidad de saber que un objeto existe es haberlo tocado o que emita un sonido.

La coordinación audio-manual es más tardía que la viso-manual, produciéndose al final del primer año de vida.

El concepto de la permanencia [1] del objeto es difícil de comprender para el niño ciego. Debe construirse esta noción con los objetos táctiles, y se comenzará a desarrollar cuando empiece a buscar con las manos los objetos escondidos. Pero sólo buscará aquellos objetos con los que ha tenido experiencia táctil suficiente. A los dos años ya alcanzará objetos sonoros desconocidos, completando su desarrollo de la permanencia del objeto.

● Proto-conversaciones:

Existe una triangulación al insertar el bebé objetos en la comunicación con los adultos. El niño inicia conversaciones no verbales, o proto-conversaciones, en relación a objetos, estableciendo mecanismos de atención compartidos[2]. El niño vidente señala el objeto, mirando al adulto, haciendo que ambos miren al mismo objeto. El gesto de señalar el visual. En cambio, los niños ciegos utilizan vocalizaciones con ellos sobre el que objeto que están tocando.

● Desarrollo postural y motor:

— En el niño ciego estimulado no existen problemas en el desarrollo del control postural.
— No presentará la conducta de levantarse con los brazos estirados cuando estén bocabajo.
— Existirá un retraso en la movilidad autoindicada (incorporarse hasta quedarse de pié, caminar sin ayuda, etcétera).
— Por el escaso conocimiento del espacio y de los objetos que hacen la motivación y seguridad sean menores que en los niños videntes.
— No debemos estimular de forma artificial el gateo, ya que es con las manos con las que se orienta en el espacio, y gateando pierde dicha función.

Periodo escolar de un niño ciego:

● Desarrollo del lenguaje en niños ciegos de entre 0 y 3 años.

— Similitudes con los niños videntes:
El desarrollo fonológico se considera normal.
No hay diferencia cuantitativa en la adquisición de vocabulario.
No hay retraso en la emisión de la primera palabra.
— Diferencias con los niños videntes:
Las primeras palabras hacen alusión a objetos domésticos, al alcance fácil del niño.
Tienen problema para la formación de categorías de cosas difícilmente accesibles para ellos.

● Desarrollo del lenguaje y del juego en niños ciegos de entre 3 y 6 años.

— El desarrollo de sintáctico es igual que el de un niño vidente.
— Diferencias con los niños videntes: (1) Hay diferencias desde el punto de vista pragmático. Utilizan mayor número de imitación, repetición y rutinas a la hora de hablar, pero esto no es un lenguaje ecolálico[3], egocéntrico o no funcional. En ausencia de la visión, los niños ciegos utilizan estas imitaciones y repeticiones diferidas de carácter verbal convirtiéndolas en juegos simbólicos de ideas. (2) En los niños ciegos existen problemas en el uso de los pronombres (yo, tú, mi, ti...) que reflejan la importancia de la visión para comprender los cambios de roles que se producen en la conversación.

La etapa escolar de un niño ciego (6-12 años):

— Acceden a la mayor parte de la información por tacto.
— Las tareas de clasificación, conversión o seriación verbal igual que el niño vidente.
— Les resulta más difícil realizar tareas de contenido figurativo (imágenes mentales) y espaciales que las basadas en lógica verbal.
— Los conceptos figurativos y espaciales sufren un retraso entre 3 y 7 años.
Muchos niños ciegos presentan retrasos escolares, aunque tienen optimas capacidades cognitivas (problemas al acceso de información). La escuela tiene que cubrir sus necesidades educativas especiales,
— Orientación
— Movilidad
— Acceso a todos los conocimientos
Es importante el desarrollo afectivo y social en esta etapa para evitar problemas posteriores. Es preciso fomentar la interacción con sus iguales.

Adolescencia de un niño ciego (11-15 años):

Al llegar a la adolescencia estas diferencias se anulan gracias al lenguaje y al razonamiento complejo que de éste se deriva, el lenguaje y pensamiento hipotético deductivo hacen que se superen los problemas figurativos. No existe pues, diferencias en cuanto a la adquisición de información formal.

Sin embargo puede ser una etapa especialmente complicada en cuanto al desarrollo afectivo y social. La integración en contextos anteriores (familiares, escuela y amigos) previenen la aparición de estos problemas.

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Referencias:

[1] Permanencia del objeto: tener conciencia de que el objeto sigue existiendo aunque no pueda verlo. 
[2] Atención compartida: la habilidad para compartir atención con otra persona mientras ambos están prestando atención al mismo objeto o realizando una actividad. 
[3] Ecolálico: crear conceptos dotándolos de significado adquirido por la experiencia repetida, no por razonamiento, aprendiendo el lenguaje por asociación una serie de palabras a una situación y utilizándolas cada vez que se da esa misma situación.